Resulta
complicado pretender dirigir una empresa, sucursal o unidad de negocio desde un
lugar remoto y alejado del día a día de su operación.
Según el refrán "el ojo del amo
engorda al caballo". Esto en referencia a que cuando el propietario de un
negocio no está presente la actividad del mismo puede verse afectada de forma
negativa. Aunque la realidad corporativa de las organizaciones ya no depende,
en muchos casos, de los propietarios, el refrán popular parece tener vigencia
cuando hablamos de compañías que tienen centros operativos (unidades de
negocio, centros productivos, sucursales, etc.) diseminados geográficamente.
Si bien las comunicaciones han
evolucionado de forma muy importante, de tal modo que podemos realizar
videoconferencias, reuniones virtuales y otro tipo de actividades de
seguimiento y control sin necesidad de presencia física. Las empresas no
limitan sus operaciones a los momentos puntuales en los que existen ese tipo de
comunicaciones, sino que existe todo un ambiente y una cultura organizacional
muy difícil de percibir si no existe una presencia física de la gerencia.
Existen organizaciones que optan por un
sistema mixto de presencia física descontinuada, es decir, que el máximo
responsable de la unidad de negocio o sucursal permanece cierto tiempo de forma
física en la misma; estando ausente el resto de su tiempo. Tampoco parece una
solución válida cuando se pretende, por ejemplo, recuperar una determinada
situación complicada o bien potenciar un área geográfica o de negocio.
La presencia física de la gerencia
resulta de gran necesidad cuando se trata de administrar recursos, sobre todo
humanos. Sólo los gerentes presentes pueden percibir el ánimo de su equipo y la
realidad del día a día que, en muchas ocasiones, difiere de lo que se plantea
en las estrategias remotamente planteadas. Tomar el pulso a la ejecución real
de las estrategias sólo es posible con presencia y continuidad de la gerencia
en las operaciones.
Observamos que la gran mayoría de las
transnacionales crean puestos a tal efecto. Son los gerentes de país o gerentes
de sucursal, los cuales tienen como principal función ese control directo de
operaciones, así como una labor de representación local. Esta última tiene una
gran relevancia cuando estamos hablando de presencia en diferentes países. Los
cambios culturales, incluso dentro de una misma región, requieren de esa
representatividad que sólo un responsable de primera línea puede ejercer.
Como hemos comentado, esta estrategia será
especialmente relevante cuando hablamos de sucursales o áreas de negocio con
problemas de resultados u operativos. Estos centros necesitan más aún de la
continuidad en la presencia de líderes capaces de solventar in situ los
problemas del día a día y de transmitir a la alta gerencia la viabilidad de la
recuperación que se pretende.
El "amo" actual no es el
antiguo propietario, sino que viene a ser los ojos y los oídos de la alta
gerencia en el diario transcurrir de una organización. De modo que, si pretendemos
"engordar" al caballo, no nos queda más remedio que estar presentes.
Francisco Avilés R.
Socio-director Cross&Grow
faviles@crossandgrow.com
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