Ante
un problema muchos gerentes se enfrascan en buscar las causas en lugar de
pensar en posibles soluciones.
Hace unos meses hablábamos de la
parálisis que sufren muchas organizaciones que viven sumidas en el análisis
interminable previo a la toma de decisiones. Hoy abundamos en esta reflexión
pero desde la perspectiva de la aparición de un problema que requiere una
intervención.
Este síntoma, más bien de carácter
crónico, lo vemos continuamente en la administración pública. Los problemas se
acumulan y los poderes de la República se enfrascan en analizar las causas –los
porqués- que han originado una
determinada situación. Se derrochan millones en estudios, análisis y
diagnósticos que nos ofrezcan explicaciones acerca del origen de los problemas.
Pero se invierten poquísimos recursos en la búsqueda de soluciones –los cómos- a lo que está sucediendo.
Un informe tras otro sobre el Estado de la Nación vemos los mismos
diagnósticos, las mismas causas y una situación en continuo deterioro en áreas
como la infraestructura o la educación. Seguimos enfrascados en los porqués y nadie se atreve con los cómos.
Esto que tan claro vemos en el caso de lo
que sucede a nivel público, nos ocurre en muchas oportunidades a título
personal o en nuestra organización. ¿Por
qué hemos perdido cuota de mercado?, ¿por qué este nuevo competidor está
arrasando en el mercado?, ¿por qué no fuimos capaces de anticipar determinado
problema?, etc. Así nos enfrascamos en analizar las causas de los retos a
los que nos enfrentamos, lo cual no es una mala práctica, siempre y cuando no
concedamos más tiempo, trabajo y dinero del justo y necesario a los porqués.
Los líderes proactivos dedican más
esfuerzos a solventar los problemas que a analizarlos, a buscar culpables, a
indagar en los porqués. Ellos se
centran en las soluciones, en los ajustes necesarios para retomar el rumbo, en
los cómos. Para ellos resulta
fundamental pasar página y mirar hacia delante. Encontrar el origen de los
problemas puede resultar un lujo muy caro para una empresa en un mercado
altamente competido.
Cabe la posibilidad de que cuando hayamos
finalizado nuestra búsqueda de los porqués,
los mismos hayan variado y ahora nuestra posición competitiva sea aún peor que
la que teníamos cuando detectamos los males que nos afectaban. Más aún en el
actual panorama de cambios vertiginosos en todas las industrias.
El escritor y político ruso Máximo Gorki
afirmó que "Vemos los problemas y no vemos la solución; esta es la
tragedia de todos los que suspiran por un mundo mejor". Esta cita contiene
una gran verdad que todos debemos aplicar a nuestro actuar en el plano
profesional y en el personal. Superemos los porqués
y centrémonos en los cómos.
Francisco Avilés R.
Socio-director Cross&Grow
faviles@crossandgrow.com