Está demostrada la efectividad de la música para aumentar la resistencia o los niveles de excitabilidad y coordinación.
El gran filósofo
alemán Friedrich Nietzsche acuñó unas de las máximas que más personas
incorporan entre sus favoritas en el mundo: "Sin música la vida no tendría
sentido". La música es un componente fundamental en la vida de casi todos
los seres humanos. Nos acompañan en las celebraciones, en los momentos de
descanso, en los de inspiración.
Son muchas las personas que se prepararan para correr una maratón y salen con
audífonos de casa. En algunas competiciones deportivas se ha prohibido el uso
de audífonos para evitar que los atletas obtuvieran una ventaja injusta en las
competiciones. ¿Por qué?. Por su capacidad para activar y aumentar la resistencia.
De acuerdo con el profesor en neurociencia Mark Fenske, "La música puede ser una fuerza muy poderosa. Las melodías adecuadas
pueden ser de gran ayuda en esa parte de nosotros que necesita un empujón para
moverse".
Uno de los efectos motivadores de la música proviene de
su capacidad de participar en el sistema
nervioso simpático del cuerpo. La activación de este sistema prepara al
cuerpo para la acción cada vez que nos enfrentamos a un reto en nuestro
entorno. Las vías respiratorias se abren, el ritmo cardíaco se acelera, y los músculos están preparados para
moverse. También se incrementa la excitación
fisiológica.
La música se compone de patrones de sonidos que afectan a
los niveles de excitabilidad física y cerebral. Un simple aumento en el ritmo
de la música que escuchamos, por ejemplo, puede acelerar el pulso y acelerar la respiración. Y esto puede ser
positivo para hacer ejercicio físico o para enfrentarte a una tarea muy aburrida
que, de otro modo, te dormiría.
La música también afecta a la coordinación de las actividades entre las diferentes partes del
cerebro. Los estudios que examinan los patrones de actividad eléctrica sugieren
que la sincronización de las señales del cerebro es importante para vincular
los procesos perceptuales, cognitivos y motores.
La resistencia
física y mental también puede mejorar con la capacidad de la música para
desviar nuestra atención de los aspectos negativos de una tarea. El sistema de
atención del cerebro, que incluye algunas de las regiones superior y exterior
de los lóbulos frontal y parietal, actúa para mejorar el rendimiento en las
áreas que están trabajando y reducen la actividad de otras áreas del cerebro.
"Centrándose
en las canciones motivadoras y las señales cerebrales, se ha demostrado que la
música alegre aumenta los sentimientos
positivos acerca de la intensidad del ejercicio en comparación con
música menos intensa", señala el
profesor Fenske.
De hecho, gran parte del poder de la música radica en su
capacidad de provocar reacciones emocionales y mejorar el estado de ánimo.
Investigaciones recientes de neuroimagen han permitido un aumento dramático en
nuestra comprensión de cómo las diferentes redes de regiones cerebrales
relacionadas con la motivación y la
emoción producen estas experiencias afectivas.
Entonces, ¿por qué no incorporar la música a nuestro entorno
laboral?.
Francisco Avilés
Socio-director Cross&Grow
faviles@crossandgrow.com
Publicado en La República de Costa Rica.